La respiración para la crianza (La respiración III)
Tiempo de lectura: 2 minutos
Durante la recuperación del parto, si estás dolorida, respirar de una forma adecuada, suave, larga y profunda, te ayuda a pasar el dolor físico. Dentro de la montaña rusa emocional que a veces aparece en el puerperio, apoyarse en una buena respiración, también ayuda a mantener la templanza. Y, además, es una buena forma de acompañar al cuerpo en su proceso natural de volverse a cerrar después de un embarazo y parto.
En esta etapa, también es importante conocer al bebé. Sus cambios y aprendizajes hacen que los papás estén cada día reciclándose como educadores y aprendiendo nuevas cosas. La respiración es una muy buena herramienta para detenerte unos instantes y recuperar tu serenidad. No necesitas más que tu voluntad, y a la vez estarás enseñando a tu hijo/a la importancia de la respiración desde su nacimiento.
En las clases de yoga en familia hay ejercicios en los que el papá y la mamá se tumban en el suelo, los hijos apoyan su cabeza con la oreja sobre el pecho o el abdomen para escuchar el sonido, el ritmo y el movimiento de la respiración. Lo que sucede es que al ser un sonido suave, se hace el silencio para poder escuchar, y al mismo tiempo viene la relajación. Trabajamos la concentración con los niños/as y disfrutamos de sus ganas de aprender y descubrir. De esta forma los acompañamos a soltar y relajar el cuerpo a través de algo tan cotidiano como es el respirar.
Cuando ellos vuelven a escuchar el sonido de la respiración de mamá, incluso la de papá, se sienten seguros, vuelven a casa y se pueden relajar.
Bebé a Bordo
El baby coach de Bezoya que te acompaña desde el embarazo, parto y postparto, hasta sus primeros pasos.
La respiración es sinónimo de vida
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Es lo primero que hacemos al nacer, pasamos de un medio acuoso, que es el líquido amniótico, a un medio aéreo.
Las respiraciones pueden ser profundas o superficiales, largas o cortas, suaves o intensas… y tienen mucho que ver con cómo te estás sintiendo, con tu estado anímico y con lo que estás haciendo. Si estás nerviosa se aceleran, cuando duermes, la respiración se vuelve rítmica y suave, cuando haces ejercicio es mucho más rápida porque el cuerpo demanda más oxígeno… La respiración se modifica según la emoción que estés viviendo. Esto es visible cuando una persona tiene un ataque de ansiedad e hiperventila; en ese caso las respiraciones son cortas y muy rápidas, y no se exhala el mismo volumen de aire que se inhala.
Pero a veces también sucede al revés, es decir, cuando cambias el patrón o el ritmo de la respiración, puedes empezar a sentir mareo o ansiedad y cambias tu estado anímico a partir de tu respiración.
Cuando escuchas tu respiración, es importante mantenerte concentrada en tu cuerpo y poco a poco, sin prisas, la debes ir alargando. Si consigues exhalar bien todo el aire que has inhalado, tu estado emocional se estabiliza te calmas.
Así que, si la respiración influye en el estado mental, emocional, en el nivel de estrés, en el sueño… aprender a respirar de forma correcta mejora tu salud y bienestar, mejora tu concentración, te aporta serenidad, y te puede ayudar a afrontar situaciones intensas y/o estresantes. La respiración es una comunicación contigo mism@ y con la vida.
A esto, se le llama respiración consciente. Se trata de un pequeño ejercicio que te puede llevar tanto tiempo como quieras, pero te recomiendo que para empezar sean, como mínimo, 3 minutos: Inhala y exhala lento y suave por la nariz, simplemente escucha el sonido de tu respiración; aunque sea muy flojo, lo bueno es que estarás enfocando tu atención, escuchar tu propia respiración te hace ser consciente de ti y de tu cuerpo. A parte del sonido, es importante escuchar el ritmo, sin reloj en mano, no se trata de contar cuantas respiraciones hay en un minuto, sino de sentirlas. Pon también atención en el movimiento que hace tu cuerpo al respirar. Si tienes ganas de profundizar más, el yoga es una buena técnica que trabaja de base con la respiración.
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Respiración, vida y crianza
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La sensibilidad que florece durante el embarazo facilita la conexión con la respiración y, además, ésta es muy importante para mantener bien oxigenado tu cuerpo y el del bebé.
Hacer ejercicios de respiración diarios puede ser una forma muy gratificante de comunicarte con tu bebé, que está permanentemente escuchando el sonido de tu respiración, sintiendo tu ritmo y movimiento. Recuerda que la crianza empieza en el vientre materno, así que no solo sirve para comunicarte con él, sino que también te hará sentir que lo acompañas y atiendes durante el embarazo. En realidad, la mamá siempre está ahí, pero con la concentración que te proporcionan los ejercicios estarás atendiendo a tu bebé de forma consciente. Si esto lo haces un poquito cada día, al llegar el día del parto, sabrás cómo es tu respiración y eso te ayudará.
El papá también puede participar, si juntos escogéis unos minutos al día para concentraros y cuidaros con la respiración. Escoger un lugar tranquilo y agradable en casa, donde podáis estar cómodos. Después de practicar durante un tiempo, os daréis cuenta que ya es una respiración a tres (o a cuatro con gemelos/mellizos); sentiréis la presencia del bebé y cómo participa con vosotros en esta escucha. ¡Recordad que para el bebé la respiración de mamá ha estado presente desde su existencia!
El parto es muy intenso y, sea cual sea la forma en que nazca tu hijo/a, la respiración puede ser el apoyo para seguir serena, a parte de que es muy importante para mantener bien oxigenado al bebé. Además, te ayudará a estar concentrada en el cuerpo durante el proceso, porque al fin y al cabo, parimos con el cuerpo y no con la mente o los pensamientos.
Tu matrona te dará indicaciones acerca de las respiraciones durante el embarazo y en el momento del parto. Hay gran diferencia entre las mujeres que han escuchado previamente la respiración y el movimiento diafragmático y las que no. Más que saber o aprender cual es la mecánica de la respiración (que también es importante), para el día del parto te servirá conocer lo que tu cuerpo experimenta cuando inhalas y exhalas. Por ejemplo, cuando coges aire sientes que el diafragma se expande y se mueve (con más o menos intensidad) hacia el abdomen, hacia donde está el bebé y también en dirección al periné.
Por tanto, podemos decir que una respiración amplia disminuye el dolor, y mantendrá a la mujer conectada con su cuerpo y alma.
¡Quédate con lo bueno de la vida y disfruta de tu embarazo!
Bebé a Bordo
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