Los resfriados en bebés son una de las situaciones más comunes en pediatría y, al mismo tiempo, una de las que más preocupación genera en las familias primerizas. Aunque suelen ser cuadros leves, los síntomas como la mucosidad, la tos o la fiebre pueden alarmar a los padres.
Saber cuándo preocuparse y cómo aliviarlos de manera segura es clave para cuidar al bebé con tranquilidad, y por ello hoy te lo vamos a explicar en nuestro nuevo blog de Bebé a Bordo, el baby coach de Bezoya.
¿Por qué los bebés se resfrían con tanta frecuencia?
Durante los primeros años de vida, el sistema inmunológico de los bebés aún está en pleno desarrollo, lo que los hace más vulnerables a los virus respiratorios. Es normal que un bebé tenga entre 6 y 10 resfriados durante el primer año de vida.
- Algunos factores que influyen en esta frecuencia son:
- El contacto con otros niños en guarderías, parques o reuniones familiares.
- Los cambios de estación, especialmente en otoño e invierno.
- La exposición al humo del tabaco o a ambientes poco ventilados.
Lejos de ser algo negativo, cada resfriado ayuda al sistema inmunológico a fortalecerse poco a poco.
Síntomas comunes de resfriado en bebés
Los síntomas suelen ser leves, pero molestos para el bebé y preocupantes para los padres. Te explicamos a continuación los síntomas más habituales del resfriado en bebés:
- Congestión nasal y exceso de mucosidad.
- Estornudos frecuentes.
- Tos ligera.
- Fiebre baja (menor a 38 °C).
- Irritabilidad o llanto más frecuente.
- Pérdida temporal de apetito.
- Dificultades para dormir bien.
Estos síntomas suelen desaparecer de manera progresiva en unos días, aunque la tos y la mucosidad pueden prolongarse algo más de una semana. Durante este tiempo, lo más importante es mantener al bebé cómodo, bien hidratado y vigilado para detectar a tiempo cualquier signo de alarma.
¿Cuándo preocuparse por un resfriado en bebés?
La mayoría de los resfriados en bebés no son graves. Sin embargo, hay situaciones que requieren valoración pediátrica inmediata:
- Fiebre mayor de 38 °C en bebés menores de 6 meses, o superior a 39 °C en mayores.
- Dificultad para respirar (respiración rápida, silbidos o retracciones en el pecho).
- Rechazo persistente a comer o beber.
- Somnolencia excesiva o irritabilidad que no se calma.
- Labios o piel con tonalidad azulada (cianosis).
En estos casos es importante acudir al pediatra sin demora, ya que una valoración médica permitirá descartar complicaciones como bronquiolitis, otitis o neumonía, que pueden confundirse con un simple resfriado en las primeras fases. El especialista indicará el tratamiento más adecuado y resolverá las dudas de la familia, aportando seguridad y tranquilidad en un momento de preocupación.
Cómo aliviar el resfriado en bebés de manera segura
Dado que los resfriados están causados por virus, no requieren antibióticos. El tratamiento se centra en el alivio de los síntomas:
- Mantener una correcta hidratación
- La lactancia materna es la mejor fuente de hidratación en los primeros meses.
- En bebés más grandes, ofrecer agua de mineralización muy débil ayuda a reponer líquidos de forma segura.
- Lavados nasales con suero fisiológico
- Ayudan a descongestionar y facilitan la respiración, sobre todo antes de dormir o de las tomas.
- Ambiente adecuado
- Mantener la habitación ventilada, libre de humo y, si es necesario, usar humidificadores para evitar la sequedad ambiental.
- Descanso y confort
- El reposo favorece la recuperación. Colocar ligeramente incorporado al bebé puede mejorar la respiración durante el sueño.
Los resfriados en bebés son frecuentes y, en la mayoría de los casos, leves. La clave está en reconocer los síntomas normales, saber identificar los signos de alarma y aplicar medidas sencillas como la hidratación adecuada, el descanso y los lavados nasales. En este proceso, el agua de mineralización muy débil se convierte en un aliado esencial para garantizar una recuperación más rápida y segura.
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