Durante el invierno la piel del recién nacido enfrenta diferentes desafíos que requieren cuidados específicos para evitar la resequedad, la irritación y la aparición de zonas agrietadas.
En este artículo del blog de Bebé a Bordo, el baby coach de Bezoya, veremos las claves del cuidado diario del bebé en los meses fríos y qué productos elegir.
Los desafíos del invierno en la piel del recién nacido
La piel de los recién nacidos es extremadamente delicada y vulnerable a los efectos del frío, la sequedad y la fricción. En invierno, las bajas temperaturas y la humedad reducida contribuyen a una mayor resequedad y aumentan el riesgo de irritaciones y dermatitis.
Durante esta estación, es fundamental mantener una rutina de cuidados que combine hidratación, protección, higiene suave y un ambiente agradable, evitando el exceso de abrigo y el contacto con tejidos agresivos.
Hidratación corporal diaria en invierno: claves para la piel del bebé
Durante el invierno, la hidratación de la piel del bebé adquiere especial importancia, por eso te traemos 4 claves de cuidado diario que debes seguir día a día:
- Usa cremas o bálsamos hidratantes elaborados para piel sensible, que sean hipoalergénicos, sin alcohol, sin perfumes artificiales y con ingredientes naturales.
- Para la piel muy seca o zonas irritadas, los ungüentos son especialmente eficaces por su mayor contenido en aceites, mientras que las cremas densas protegen y sellan la humedad en la superficie cutánea.
- Usa las cremas después del baño, con la piel ligeramente húmeda, para potenciar la retención de agua. Además, es conveniente aplicar crema en las zonas más expuestas varias veces al día, según sea necesario.
- En el caso de alguna condición especial debes consultar siempre al pediatra o dermatólogo, de esta forma podrás comprar y elegir el producto más adecuado.
Seleccionar el hidratante adecuado y mantener la regularidad en su aplicación son pasos claves para prevenir y aliviar sequedad e irritaciones en la delicada piel del bebé durante los meses fríos del año.
¿Qué ropa debe usar tu bebé en invierno?
La elección de la ropa influye directamente en la salud cutánea del bebé. Las mejores telas para proteger sin irritar son:
- Algodón orgánico: suave, hipoalergénico y transpirable, ideal para prendas interiores.
- Felpa y French Terry: cálidas, cómodas y muy suaves para prendas exteriores.
- Coralina y polar: perfectas para mantas, sacos y gorros en paseos o cuando hay exposición directa al frío.
- Rizo de terciopelo: absorbe bien la humedad, indicado para pijamas y toallas.
Evitar prendas de lana, fibras sintéticas o tejidos con tintes y tratamientos químicos. Y recuerda realizar los lavados con jabones orgánicos, con ciclo extra de enjuague y sin suavizantes para minimizar residuos irritantes.
Evitar el exceso de abrigo y la sudoración en invierno
Abrigar en exceso puede ocasionar sudoración, humedad y aumentar el riesgo de irritaciones y dermatitis en tu bebé.
Por ello es preferible vestir por capas que permitan regular la temperatura según el ambiente, usando gorro, manoplas y bufanda solo en exteriores o ambientes muy fríos. A esto se le conoce como la regla de las capas.
Prevención de la dermatitis del pañal
La humedad, así como el calor, en la zona del pañal favorecen la aparición de la dermatitis, muy frecuente en invierno por el uso de capas gruesas. Por ello, y para evitarlo, sigue los siguientes consejos:
- Cambiar pañales con frecuencia, especialmente después de defecar o si están húmedos, para evitar el contacto prolongado con la orina y las heces.
- Usar agua tibia y jabón neutro; evitar frotar o emplear toallitas con alcohol o perfume.
- Dejar la piel al aire unos minutos antes de colocar el nuevo pañal.
- Aplicar pomadas específicas (óxido de zinc, lanolina) en cada cambio si hay tendencia a irritación.
- Optar por pañales de tela ecológicos (en algodón orgánico, cáñamo o bambú), que favorecen la transpiración y minimizan el riesgo de alergias.
Cuidado de la piel de tu bebé fuera y dentro de casa
En paseos, proteger las zonas expuestas con crema, gorros, bufandas y guantes suaves. Es útil evitar la exposición directa al viento y mantener una hidratación constante en mejillas, labios, muñecas y tobillos.
En casa, asegurar una correcta humedad ambiental (con humidificador si es necesario) y preferir temperaturas moderadas, evitando el calor excesivo.
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