Masaje infantil: cómo dar el masaje perfecto

Tiempo de lectura: 4 minutos

El masaje infantil es una herramienta al alcance de cualquier mamá o papá que quiera pasar un rato de diversión, relajación y complicidad junto a su bebé al tener muchos beneficios para ambos.

Sin embargo, llega un momento en el desarrollo del pequeño, generalmente cuando empiezan a descubrir que pueden desplazarse por sí mismos (ya sea con el inicio de la reptación, el gateo, la puesta en pie o con los primeros pasos) en el que corremos el riesgo de creer erróneamente que a nuestro bebé ha dejado de gustarle el masaje, abandonar su práctica y perdernos sus numerosos beneficios.

En este artículo te explicamos por qué es recomendable adaptarnos al desarrollo del pequeño y cómo seguir disfrutando de esos momentos especiales de complicidad junto a él.

¿Por qué parece que a tu bebé ya no le gusta el masaje infantil?

Una consulta recurrente en los talleres donde trabajamos el masaje con bebés suele ser: “a mi hijo antes le gustaba el masaje, pero ya no se deja masajear”. O bien, en familias que han conocido el masaje cuando sus bebés son más mayores: “mi bebé es ya muy mayor para dejarse masajear”.

Masaje infantil: cómo dar el masaje perfecto

Estas afirmaciones suelen ser erróneas la mayoría de las veces. Los bebés pasan por una serie de fases desde que nacen hasta que se ponen en pie y dan sus primeros pasos, y cada una de ellas es importante y posee sus características propias. Cuando el bebé descubre que puede balancearse y terminar poniéndose boca abajo necesita practicar este descubrimiento una y otra vez para perfeccionar la técnica; cuando descubre que puede apoyarse en sus brazos y avanzar y alejarse de su mamá, necesita practicarlo repetidas veces para hacerlo cada vez más fácil. Y así con cada una de las fases que implican movimiento, es decir: el bebé no está huyendo de nuestros masajes, está practicando un nuevo movimiento que acaba de descubrir.

¿Cómo adaptar el masaje infantil a estas etapas sin frustrarte?

Una vez que el adulto ha entendido que el movimiento es fundamental para el desarrollo del niño, es más fácil comprender que el bebé no está huyendo de nosotros.

Es muy bueno para él tener la oportunidad de practicar una y otra vez cada una de las destrezas aprendidas, porque de ello depende el correcto desarrollo físico, de sus sentidos y de su sistema nervioso. Tu hijo necesita moverse para desarrollarse, para integrar lo aprendido y para avanzar hacia la siguiente fase del desarrollo.

Masaje infantil: cómo dar el masaje perfecto

Y es muy bueno para ti desarrollar esa capacidad de observación, escucha y respeto hacia sus tiempos y necesidades. Seguro que el masaje no será igual de relajado que hace unos meses, pero también dispondrás de un montón de nuevas herramientas que podéis descubrir juntos: sólo es cuestión de adaptarlo a sus necesidades.

¿Cómo disfrutar del masaje con tu bebé a cualquier edad?

  1. Busca un rincón tranquilo: puede ayudar luz tenue, música relajante, cojines o almohadas para construir un rincón que invite a relajarse.
  2. Adapta el masaje a su postura, reflexiona sobre la etapa en la que está tu bebé. Si está en una etapa de movimiento, en la que necesita practicar y practicar, puede ser frustrante para ambos pretender que esté quieto a toda costa. No trates de tumbarlo boca arriba si no ha sido él quien ha adoptado esa posición.
  3. Recurre al masaje indirecto y deja volar tu imaginación. A veces toleran mejor el contacto con diferentes elementos que no sea el tacto directo de nuestras manos: haz cosquillitas con plumas o telas de diferentes texturas en sus piernas, recorre carreteras en sus brazos con cochecitos pequeños, o senderos con animales de la selva que caminan sobre su espalda, por ejemplo.
  4. Utiliza cuentos o canciones que os gusten a ambos para hacer un masaje en cada parte del cuerpo. Seguro que recuerdas muchas canciones de tu infancia que te apetece rescatar y utilizarlas para una parte concreta del cuerpo. Por ejemplo, si tu bebé está estreñido, puedes hacer un masaje circular en su tripa (a favor de las agujas de reloj), mientras cantas la canción:

Masaje infantil: cómo dar el masaje perfecto

Respeta su decisión y plantéate el momento del masaje como una conversación agradable entre ambos. En determinadas ocasiones a los adultos tampoco nos apetece entablar una conversación o recibir un masaje así que, de igual forma, habrá momentos en los que tu bebé tampoco quiera recibirlo, en ninguna de sus variantes. Y es mejor darle su tiempo y respetar su decisión, ya que no tiene sentido aplicarlo a toda costa si no está siendo un momento agradable y de intercambio entre ambos.

Al fin y al cabo, tu bebé también está construyendo su personalidad y empezando a tomar sus primeras decisiones. Aprovecha la oportunidad para conoceros aún mejor y para buscar nuevas herramientas que os diviertan a ambos.

Lorena Gutiérrez Fernández

Fisioterapeuta

Información revisada y respaldada
por nuestro equipo de expertos
en Nutrición y Salud
Bebé a Bordo

El baby coach de Bezoya que te acompaña desde el embarazo, parto y postparto, hasta sus primeros pasos.

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