La respiración para la crianza (La respiración III)
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Durante la recuperación del parto, si estás dolorida, respirar de una forma adecuada, suave, larga y profunda, te ayuda a pasar el dolor físico. Dentro de la montaña rusa emocional que a veces aparece en el puerperio, apoyarse en una buena respiración, también ayuda a mantener la templanza. Y, además, es una buena forma de acompañar al cuerpo en su proceso natural de volverse a cerrar después de un embarazo y parto.
En esta etapa, también es importante conocer al bebé. Sus cambios y aprendizajes hacen que los papás estén cada día reciclándose como educadores y aprendiendo nuevas cosas. La respiración es una muy buena herramienta para detenerte unos instantes y recuperar tu serenidad. No necesitas más que tu voluntad, y a la vez estarás enseñando a tu hijo/a la importancia de la respiración desde su nacimiento.
En las clases de yoga en familia hay ejercicios en los que el papá y la mamá se tumban en el suelo, los hijos apoyan su cabeza con la oreja sobre el pecho o el abdomen para escuchar el sonido, el ritmo y el movimiento de la respiración. Lo que sucede es que al ser un sonido suave, se hace el silencio para poder escuchar, y al mismo tiempo viene la relajación. Trabajamos la concentración con los niños/as y disfrutamos de sus ganas de aprender y descubrir. De esta forma los acompañamos a soltar y relajar el cuerpo a través de algo tan cotidiano como es el respirar.
Cuando ellos vuelven a escuchar el sonido de la respiración de mamá, incluso la de papá, se sienten seguros, vuelven a casa y se pueden relajar.
Bebé a Bordo
El baby coach de Bezoya que te acompaña desde el embarazo, parto y postparto, hasta sus primeros pasos.
El yoga de mamás con bebés
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En la sala de yoga se crea un círculo de mamás que vienen a cuidarse con sus bebés. Es una actividad pensada para que puedas seguir haciendo ejercicio, esta vez junto a tu hijo, ya que sólo basta con modificar la dinámica de la clase para adaptarla a la etapa que vive la mujer: los ejercicios respetan por encima de todo el ritmo íntimo de ambos.
El yoga se puede convertir en una ayuda a la recuperación natural del cuerpo de la mamá y en un acompañamiento en el crecimiento del lactante. Se tienen en cuenta las prioridades de la crianza no solo en el momento de la clase, sino en el día a día enseñando a prestar atención al cuerpo, la postura, la respiración y la relajación.
Entre las hormonas y los cambios que tienen lugar en el puerperio, comienzas a priorizar. Es evidente que todo está enfocado al cuidado del bebé, así que no te preocupes por el ritmo con el que haces los ejercicios, si practicas mucho o poco yoga… Lo que realmente importa es tu intención e interés cuando asistes a estas sesiones aprendiendo a estar con tu bebé de una forma diferente.
Como no surgen muchas palabras mientras haces ejercicios de respiración o movimientos de yoga, se abre la puerta al mundo de la intuición y del sentir, desde donde te animo a que atiendas a tu bebé. Fíjate en cómo se mueve, los ruiditos que hace… se expresa sin la palabra, pero tú lo entiendes. En las clases de yoga te comunicas con él a través del movimiento, del tacto, del sonido de tu respiración, tal y como sucedía en el embarazo, y a veces, todo esto ocurre con los ojos cerrados. De este modo fortalecemos y gozamos del vínculo.
Los bebés son muy listos. Hay algunos que lloran en clase el primer día porque no reconocen el lugar, la luz, la música y su mamá hace cosas diferentes… pero este mismo bebé que el primer día no entiende, cuando siente a su mami relajada y disfrutando, él también empieza a disfrutar. Los bebés que ya venían a clase estando dentro de la barriga de su mamá reconocen las voces, la música, el espacio… Por ello, para estos es una simple continuación de lo vivido con anterioridad. Si no es tu caso, no te preocupes porque al final todos los bebés acaban sintiendo el ritmo de la clase. Las profesoras intentamos respetar el mismo orden para facilitar la adaptación del niño. Cuando cantamos, los bebés cantan, cuando nos relajamos, los bebés también lo hacen…
Las posturas de yoga están inspiradas en la naturaleza, en la observación de los principios vitales del movimiento, sobre todo en bebés, animales o plantas, porque expresan el auténtico movimiento interno de cada uno. Cuando observas a un niño “hacer” por sí mismo, ves que se mueve libre, así que en la clase se protege esta virtud y jamás se entorpece este instinto vital.
Los ejercicios los hacemos en el suelo para estar cerquita del bebé y que ellos se sientan cómodos. Es un lugar ideal para que se puedan expresar y experimenten. Son muchos los bebés que se aventuran a rodar por el suelo, a reptar y más adelante a sentarse. Es un espacio ideal para su desarrollo psicomotriz, porque el suelo es agradable y firme, porque sienten la libertad de experimentar y al ritmo de cada uno porque mamá está cerca, acompañándolo desde la escucha y desde el amor, mientras ella se cuida, se respeta y se relaja.
Como es lógico, puede que tu bebé en algún momento arranque a llorar, pero no pasa nada, todas comprendemos que los bebés lloran. Aprovecha el llanto para atender y cuidar a tu bebé mientras el resto seguimos la clase. No debería incomodar ni a la mamá ni al resto de compañeras, y a medida que se va cogiendo confianza en el espacio y en el círculo, resultará una actividad muy enriquecedora. Sobre todo porque sabes que ese bebé está en el mejor lugar del mundo: en el abrazo de mamá.
En la clase, como en el resto del día a día en la etapa del posparto y la crianza, el bebé pide alimento y se le puede dar. Si necesita un cambio de pañal, se le cambia, igual que si necesita un paseo. Las mamás son libres de atender como mejor necesiten y es aceptado. Cuando se da de mamar se aprovecha para revisar la postura y relajarse con ejercicios de respiración.
Hay que dejar atrás lo que es una clase de yoga convencional, y venir a gozar de la consciencia corporal y del ejercicio. Un beneficio muy buscado en esta etapa es seguir sintiéndose una misma y aprender de tantos cambios físicos, psíquicos, emocionales y de intensos cuidados a otra personita. Es un espacio para venir a disfrutar y crecer juntos.
Bebé a Bordo
El baby coach de Bezoya que te acompaña desde el embarazo, parto y postparto, hasta sus primeros pasos.
Yoga durante el embarazo
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El embarazo es un proceso extraordinario que abarca de forma general 40 semanas (contando como referencia el primer día de tu última regla) pero cada bebé, si el embarazo transcurre sin complicaciones, sabe exactamente cuando tiene que nacer. Muchos cambios ocurren en tu interior, cambios fisiológicos, anatómicos y emocionales. Es el momento de tu vida en que te vuelves más intuitiva, más instintiva en esta transición hacia la maternidad.
La práctica del yoga durante esta etapa tan especial en tu vida te ayuda a ser más consciente de estos cambios, a sentirlos, comprenderlos y vivirlos en su plenitud.
Las posturas
Las asanas (posturas) modificadas para cada periodo de la gestación te hacen conectar con tu cuerpo.
- Te ayudan a soltar tensión física en los músculos y articulaciones, de esta forma tu cuerpo se va adaptando de forma fluida y constante a los cambios que van ocurriendo.
- Tu circulación sanguínea se beneficia con el movimiento y tu sistema nervioso se equilibra.
- La práctica te invita a liberar emociones y te ayuda a sentirte libre de inhibiciones.
La respiración
El momento del día que eliges para practicar yoga es un momento de pausa. Es un momento de conexión única entre el bebé y tú, sintiendo cómo tu cuerpo cambia día a día. Es, sobre todo, una oportunidad única para ser absolutamente consciente de tu respiración, de tu respiración natural.
A través de la respiración conectas con tu propio cuerpo, pero también con tu bebé, que se mece rítmicamente con cada ciclo respiratorio. Una mala postura, una actitud corporal inadecuada, tensión en la parte alta de tu cuerpo, el estrés, las preocupaciones, comprometen, sin duda, el ritmo natural de la respiración. A través de la práctica del yoga ayudas a reestablecer, sin forzar y siempre de una forma suave, una postura adecuada para que el fluir de la respiración no se vea entorpecido.
Tú y tu bebé
Todo tu organismo se está adaptando a estos cambios, tu bebé es un compañero activo durante el embarazo. El sonido de tu voz, tus emociones, tus movimientos, tus pensamientos, interaccionan con el bebé. La comunicación con el ser que llevas en tu interior, sea cual sea tu situación y tus sentimientos es muy importante. El miedo, la tristeza y las preocupaciones también forman parte de las emociones y el reconocerlo y expresarlo enseñan al bebé ya desde su vida en tu interior. Durante el embarazo estáis profundamente conectados.
¿Cuándo practicar?
La práctica frecuente del yoga durante el embarazo te hace consciente de tu cuerpo y te prepara para el día del parto. Es mejor practicar todos los días 15 minutos que una vez por semana 1 hora. Para ello es importante que al inicio asistas a clases con profesores cualificados y especializados en el embarazo.
De esta forma, durante las clases, aprendes a reconocer diferentes partes de tu cuerpo:
- Aprendes movimientos sencillos y seguros para tu práctica personal en casa.
- Siendo consciente de tu respiración ciertas tensiones acumuladas en tu cuerpo se liberan.
- Reconoces tu suelo pélvico, esa puerta que el bebé tendrá que atravesar en su camino hacia el exterior.
Tu cuerpo sabe más ahora. Los diferentes movimientos que has realizado durante el embarazo con tu práctica del yoga te proporcionan memoria corporal para que el día del parto todo tu ser sepa moverse de forma instintiva, fluida, libre
Sin que tengas que pensar.
Bebé a Bordo
El baby coach de Bezoya que te acompaña desde el embarazo, parto y postparto, hasta sus primeros pasos.