La piel del bebé es muy sensible al sol por lo que no es recomendable exponerlo directamente durante al menos los primeros 6 meses de vida. El empleo de cremas solares puede aumentar el riesgo de reacción alérgica asociada, por eso no se recomienda utilizarlas por debajo de los 6 meses de vida y debe emplearse con precaución hasta el año de edad.
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No obstante, ante cualquier duda, consulta con tu pediatra.